El sutra del nido de piedra

El sutra del nido de piedra

Mario Satz
El sutra del nido de piedra
Colección:
Graffiti-Narrativa – IBIC: FV.
Novedad
ISBN: 978-84-121298-1-6.
NºPágs:266. Peso:310gr. Medidas:13,5×21,5cm.
Encuadernación: Rústica con solapas.
C/IVA 16€ / S/IVA 15,38€.

Comprar en:

MARIO SATZ, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Kábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Poeta, narrador, ensayista y traductor. Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas, 1970, Los peces, Los pájaros, Las flores, 1975, Canon de polen, 1976 y Sámaras, 1981. En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológico que, a la manera de La Divina Comedia, captura el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético. Meditaciones kabalísticas, Una piedrecita blanca, novela y El canto de la lluvia, relatos. Y la novela Amore Ludum situada en la Toledo de la Escuela de Traductores de mediados del siglo XIII. Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV, y sus últimos libros, El secreto de la miel y Enseñanzas de una lágrima son sus regalos a este principio de milenio. Esta maravillosa y enriquecedora historia nos lleva de la mano de la lágrima, lejos del abismo, a la vida.

El sutra del nido de piedra. Cuando en marzo del 2001 el líder de los talibanes, el mulá Omar, ordenó destruir las antiguas esculturas de los budas de Bamiyán, el mundo entero, incluyendo la Liga Arabe, elevó su protesta con vehemencia. El sutra del nido de piedra es la crónica intermitente e histórica, pero también fantástica de esos mil quinientos años en los que el budismo alcanzó su límite más occidental en el centro de Asia erigiendo, con esas estatuas, su modelo de serenidad y concordia, y de cómo el Islam y con posterioridad los viajeros y exploradores europeos se preguntaron perplejos por su significado. Para los primeros pobladores de las cuevas de los acantilados y para los monjes chinos que erigieron las estatuas, nunca fueron ídolos sino un testimonio de admiración por un hombre ejemplar, el Buda histórico, un ser humano que hizo de la compasión y la no violencia su tarea principal. Para los talibanes y sus mentores los clérigos intransigentes, empero, las estatuas de los grandes budas no eran sino restos despreciables de una creencia vil y amenazadora para el Islam, así que había que destruirlas, a ellas y a todas las cosas -pinturas, objetos, esculturas- que les estuvieran relacionadas. Por las páginas de El sutra del nido de piedra desfilan monjes, campesinos, pastores, conquistadores como Gengis Khan, emperadores como Babur, agrimensores y viajeros en busca de lo exótico y maravilloso. Finalmente serán Koro y Petrus, una pareja de sinólogos y estudiosos del budismo, los que, tras haber hecho un descubrimiento de gran trascendencia en una de las cuevas, situándose por encima de la pleamar y bajamar de la guerra, el odio y la enemistad, den sentido a la reconstrucción haciéndose eco de un antiguo proverbio budista que dice: “Nueve veces caído, diez levantado.’’