De aquí a Roma, y vuelta

De aquí a Roma, y vuelta

De aquí a Roma, y vuelta
Agathe Cortes
Colección: Narrativa.
ISBN: 978-84-120383-4-7.
Nº Pags: 282. Peso: 427. Medidas: 15×23 cm.
Encuadernación: Rústica con solapas.
C/IVA 15€  /  S/IVA 14,42€.

Comprar en:

Agathe Cortes, es francesa y nació en Madrid en 1994. Su nombre de verdad es Agathe, y la «e» no se pronuncia. En 2017, se matriculó en la Sorbona, en París, con un Master de Investigación en Literatura Moderna. Está especializada en teatro y en la Historia contempránea, particularmente en la del Holocausto. Le gusta jugar entre realidad y ficción. Desde niña quiso ser actriz, por lo tanto, en paralelo a sus estudios se formó durante cinco años en una escuela profesional para perseguir su sueño y seguir bailando. Pasó el último año de su carrera en Montreal (Canadá), bajo un metro de nieve, dónde se reconcilió con la fugacidad del tiempo y encontró espacio para escribir su primera novela: De aquí a Roma, y vuelta. En septiembre de 2018, en Madrid, quiso contar historias reales, las de los que necesitan voces, e integró el mundo periodístico gracias al Master de El País.

Todo es más bonito cuando estamos condenados. Incluso añadiría que es más intenso, más peligroso. Me llamo Alicia. Es mi segundo nombre. Es que soy francesa. Hace un año y medio viví una historia de película que me destruyó. Una historia cuyo final, sin saberlos, estaba en la esquina, justo ahí donde miráis, a la vuelta. Al acabar mis estudios de literatura y arte dramático en París, me fui a Roma a ver a mi mejor amiga. Una semana de vacaciones en Italia. Y, un sábado de un mes de junio, en una playa no muy lejos de la ciudad, conocí a un hombre frío, callado, que me encantó. En la ficción le llamo Hugo. Fue el principio de lo incomprensible. Como dos veletas, empezamos a girar con el mundo, a viajar, a montarnos una película, sabiendo que en un mes me iría a vivir a Canadá, a exactamente 6.585,69 kilómetros de Roma. Esta novela autobiográfica cuenta una historia de amor universal cuya distancia aterroriza, cuya ausencia condena.