Justo Serna y Juan Calabuig
LA LENGUA ES FASCISTA
Colección: Ensayo
ISBN: 978-84-946355-7-1
220 págs. 250 grs. 15 x 23 cm.
Encuadernación: rústica con solapas
C/IVA 16€ / S/IVA 15,38 €
JUSTO SERNA y JUAN CALABUIG MATEO son valencianos y residentes en Benimaclet y Alboraya respectivamente. Estudiaron historia contemporánea, licenciatura que acabaron a principios de los años ochenta del siglo pasado. De eso, de siglos y hechos pretéritos, son expertos. Desde entonces han emprendido distintos proyectos personales y profesionales solos o en compañía del otro. Ambos son lectores voraces y en ello es en lo que les gusta reconocerse. Han escrito abundantemente, aunque han publicado poco o algo menos. Cuando lo hacen, cuando escriben, cultivan el ensayo, la narrativa o la poesía. Colaboran en distintas iniciativas, entre ellas Covers (1951-1964). Cultura, juventud y rebeldía (2012): una gran exposición dedicada al nacimiento del rock y un libro del mismo título en el que tienen diversas colaboraciones. A ambos les pierden un buen chiste y el humor, incluso el humor negro, tomados el chiste y el humor como una defensa contra las ofensas de la vida.
LA LENGUA ES FASCISTA.Esta obra que ahora empezamos “es como la vida misma: un espectáculo incompleto que siempre acaba mal”, dicen los autores en su nota previa. “De la existencia se sale, queramos o no, con los pies por delante, cosa que nos da mucho coraje”.
“En este libro, titulado con toda la intención La lengua es fascista, los personajes se ponen de pie y dan traspiés; hablan con certeza y se equivocan; dan miedo o son patéticos. Todos tienen mucho cuento” e incluso padecen vesania. Afrontan sus cosas con humor negro o involuntario, con paciencia o con demencias, apostillan los autores. Menudo libro. Menudo cuento.
“Más que libro, por cierto, prefiero considerarlo un artefacto fascinante que cada lector puede hacer suyo a su manera”, dice Ramón de España en su prólogo Música para almas perdidas. “No es una novela ni un libro de relatos, aunque podría ser ambas cosas. No es una ficción ni un ensayo, aunque haya elementos de ambos géneros. No sabemos lo que es verdad, lo que es mentira o lo que es una mezcla de las dos”.
“¿Hay un hilo conductor entre las diferentes historias, reales, ficticias o reelaboradas, que hay en este artefacto?”, se pregunta De España. “Yo sólo he encontrado uno: la condición de alma en suplicio que une a casi todos sus protagonistas y narradores. O dos, si contamos la música, que está presente en todos los rincones del logrado engendro”. Menudo libro. Menudo cuento.