La ruta de las especias

La ruta de las especias

Mario Satz 
LA RUTA DE LAS ESPECIAS 
Colección: Graffiti.

ISBN: 978-84-8374-820-6.
13,5 x 21,5 cm.
C/IVA 14€ / S/IVA 13,46 €.

MARIO SATZ nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Kábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Kábala con su profesión de escritor. Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel. Poeta, narrador, ensayista y traductor. Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la siguieron Las frutas en 1970, Los peces, los pájaros, las flores en 1975, Canon de polen en 1976 y Sámaras en 1981.

En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cronológica que, a la manera de La Divina Comedia, captura el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético. Y la novela Amare Ludum está situada en la Toledo de la Escuela de Traductores de mediados del siglo XIII.

Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su libro, Azahar, es una novela ensayo acerca de la Granada del siglo XIV, y sus últimos libros, El secreto de la miel y Enseñanzas de una lágrima son sus regalos a este principio de milenio. Esta maravillosa y enriquecedora historia nos lleva de la mano de la lágrima, lejos del abismo, a la vida.

LA RUTA DE LAS ESPECIAS, es una pequeña y sensorial novela que describe uno de esos momentos de esplendor, cuando la Inglaterra victoriana buscaba, por mediación de hombres intrépidos y poco escrupulosos, los bien guardados secretos del cultivo del clavo de olor, el macis, la canela o el azafrán. Comisionado por su patrón, Nigel Morton, lingüista, geógrafo y aventurero, parte hacia las islas Malucas en busca de la harsha kama, la mítica planta del amor capaz de conferir a su consumidor una visión sublime del afecto. Morton sólo sabe que debe hallar un jardín y a su jardinero, poco más. Así es como lo vemos cruzar desiertos africanos y probar plantas o sales para su empleador. Lo hallamos en Madagascar, en el Océano Indico, en los puertos de Malabar y por fin en la isla en donde descubrirá la planta del amor y su custodio, una mujer extraordinaria.

Habiendo comprendido en cuestión de días el valor auténtico del amor y en posesión de unas semillas de harsha kama, Nigel Morton emprende, entonces, el regreso a Londres, en donde revelará a su sorprendido patrón todo lo aprendido en el azaroso viaje. Sorprende y hasta asombra que tan pocas páginas contengan tanta historia sobre la relación del ser humano con los alimentos y su incansable búsqueda del placer por todos los medios, incluyendo, claro está, el uso de plantas exóticas y especias fragantes.